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viernes, 1 de julio de 2011

A veces encontramos en las palabras de otros los sentimientos que nosotros no sabemos como expresar mediante palabras:



En la vida no se puede tener todo; sin embargo, es necesario aspirar a ello, porque la felicidad no es una meta sino un estilo de vida...
El silencio de los besos. Ese que habla de sueños y fábulas, de tesoros escondidos.

Cuando pierdes el tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco lo mismo...

Y he decidido vivir mi vida como un cuento de hadas. sólo que éste aún no está escrito. Soy yo la que elijo, paso a paso, momento a momento; soy yo la que escribo mi cuento.

El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra nunca.

Buenos días, mundo... ¿Me haces un regalo hoy? Me gustaría levantarme de la cama y encontrarme una rosa. Roja no. Blanca. Pura. Para escribir en ella como si fuese una página nueva.

Y por un instante, esos momentos son para siempre, puede que un día se olviden, pero por el momento son para siempre.


Perder el sentido de los días, de las noches, del fluir del tiempo, la ausencia de citas, comer y beber tan solo cuando se siente la verdadera necesidad de hacerlo, vivir sin problemas, discusiones o celos.

En la vida hay un instante en que se sabe perfectamente que ha llegado el momento de saltar. Ahora o nunca. Ahora o nasa será como antes. Y el momento es este.

A veces uno tiene la impresión de que las canciones salen a su encuentro porque saben que las necesitan

Y en un instante piensa en que lo único que quiere hacer en este mundo es protegerla, amarla sin preocupaciones, sin problemas, sin dudas, entregarse a ella en cuerpo y alma. Si, vivir exclusivamente para verla sonreír.

Llevo varias noches sin dormir tratando de encontrar las palabras adecuadas que te permitan comprender cuanto te quiero, hasta que punto tu sonrisa, tu aliento, cada uno de tus movimientos son la razón de mi vida.

Olvida todos esos pensamientos. Fatigosos. Inútiles. Difíciles. Que le gustaria que condujesen a alguna parte, pero que al final no llevan a nada. Y se deja amar. Así, con una sonrisa.

Federico Moccia

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