Supongo que es buen momento para decir que he aprendido una lección (he aprendido más que una en realidad). He descubierto que a veces la mayor felicidad es hacer a otra persona feliz. Que basta una caricia (tuya) para que el mundo se pare por un instante. He comprendido que todo pasa por un motivo, que no puedes llegar a la meta sin superar cada bache. Que una misma frase no significa lo mismo dicha por otra persona. He aprendido que ciertas cosas dichas al oído suenan aun mejor. Y créeme, no existen palabras para expresar ciertos sentimientos. He aprendido a ver el mundo con otros ojos, y desde entonces la luna brilla más que nunca. He aprendido...no... Me has enseñado que ser feliz va más allá de sonreír, que es mucho más. Es sentir que el corazón te da un vuelco, que reclama libertad como yo. Y a eso también me has enseñado, a ser libre. Estaba muy equivocada si pensaba que ser libre era simplemente volar. Es mucho más. Es poder ser tú mismo con alguien sin miedo a nada. Y que la única jaula que te rodee sean sus brazos.
"Mi teoría es que esos momentos impactantes, esos destellos que ponen patas arriba nuestras vidas, son los que acaban definiendo quienes somos."
(Gracias por ser mi trocito de LuNa ☾)
Pero eso es una verdad parcial. Si, importa mucho hacer a otros felices, pero no olvides preservar tu propio bienestar y felicidad. Eres la primera responsable de ello. Los martires del amor y emoción no obtienen segundas oportunidades.
ResponderEliminarMuy cierto. ¡Gracias por tu comentario!
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