Vale, lo admito, hoy tampoco he dormido. Me han vuelto a dar las mil pensando en ti y en tu manera de mirarme. He hecho un recorrido por todos y cada uno de los momentos a tu lado vividos. No quiero que se me olvide ninguno. He caído en la cuenta de que nunca te lo he dicho, nunca te he contado mi mayor deseo. Nunca te lo he pedido, pero sé que nunca es tarde, así que: Quédate. Quédate siempre a mi lado porque si solo con pensar en no tenerte siento que me muero no me quiero imaginar lo que pasaría si un día me faltaras. Quédate porque te necesito. No, mejor aún, quédate porque quieres. Quédate si me quieres. Quédate si me necesitas. Quédate a mi lado. Quédate hoy, mañana y siempre.
Pero quédate.
Pero quédate.
Yo... no te prometo nada, ya sabes que no creo en las promesas. No te lo prometo y no hace falta porque sabes que será así, que si digo "para siempre" no hablo por hablar.
Y si digo que me quedo es porque simpre me quedaré
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